Deseo de reconocimiento

La pérdida de todo reconocimiento en los tiempos modernos, combinada con un individualismo frenético, empuja a todos a anhelar cualquier forma de reconocimiento. Todos sueñan con un momento de gloria, siendo la forma mediática la más buscada, ya sea a través de la televisión o de las redes sociales, pues aparece como una forma máxima de reconocimiento; la forma reflejada, soy admirado y admiro ser admirado. Lo efímero reina en condición absoluta, esta inquietante inmediatez, porque prohibe el recogimiento, lo íntimo, la vida interior reemplazándolos por el estruendo sofocante, la multitud alcahueta, la indecencia perversa.

¿Qué es estar sobre la tierra?

El ejemplo más esclarecedor de la naturaleza humana se encuentra en el Nuevo Testamento cuando Pedro y Jesucristo hablan juntos y Pedro insta a su maestro a creer que su devoción es completamente sincera. Así, Jesús le anuncia que el gallo no habrá cantado que lo habrá negado tres veces. El primer lugar del que todo hombre habla es este: su debilidad. Tener en cuenta los límites de cada uno, no siempre para resolverlos, sino también para superarlos, obliga a razonar desde lo que se es y no desde lo que se cree ser. Todo hombre que no conoce sus debilidades, que las olvida, que no las tiene en cuenta, está en la superficie, como solemos decir hoy en día. Por encima de la tierra significa que nos alimentamos de un pasto que no es el nuestro, que renunciamos a nuestro pasto para buscar otro pasto que no sea el nuestro, mejor porque es diferente. Por encima del suelo también significa que los comentarios recibidos podrían obtenerse en cualquier parte del mundo sin que esto suponga un problema, siendo estos comentarios desarraigados, traducibles a cualquier idioma y exportables como un “framework” informático. La fórmula "sobre el suelo" prohíbe responder a la pregunta "¿de dónde estás hablando?" » ya la primera fórmula le gusta burlarse de la segunda como identitaria o de « extrema derecha ». A fuerza de haber querido eludir esta pregunta, la destruimos. En el futuro ya no será posible preguntar desde dónde estamos hablando, porque habremos llegado a tal nivel de abstracción y desarraigo que esta pregunta ya ni siquiera tendrá sentido.