Basado en los valores

La autoridad ha perdido sus letras de nobleza junto con la humildad. Autoridad se ha convertido en sinónimo de orden implacable, fuerza temeraria, tiranía. ¡Qué inversión de valores! ¡Mientras que la autoridad según Antígona impedía la tiranía! La edad moderna tiene esta impresión de autoridad porque ha sido pisoteada por los hombres que la han usado; mientras sirve a la autoridad. Pero, ¿se ha dañado la autoridad por estas experiencias desastrosas? Un valor no puede ser dañado por un hombre. La fidelidad se despliega sobre San Pedro sin que él pueda hacerlo. La lealtad se despliega por encima de la traición porque la abarca. La lealtad se afirma en la traición. La traición no lleva consigo ningún significado excepto su propia satisfacción. Cualquier valor habla también de indecisión e incertidumbre en el hombre. Todo valor es un guardián y un refugio. No es necesario elegir, el valor se adapta a nuestra debilidad ya que precede a nuestras incertidumbres. El mundo moderno confunde autoridad y poder haciéndolos sufrir las mismas heridas y los mismos dolores. Dios tenía que ser sacado de todo. Ni los antiguos ni los contemporáneos lo entenderían, pero eso no importaba, ahora no contaban para nada. Si alguna vez Dios no se fue, habría que matarlo. El siglo XX ha querido ser el tiempo de la muerte de Dios. Sólo habrá matado la muerte de su idea. Sobre todo, habrá creado una nueva antropología basada en el suicidio.

Unamuno en su búsqueda quijotesca

Mi obra -iba a decir mi misión- es quebrantar la fe de cada uno, y hasta de un tercero: fe en la afirmación, fe en la negación y fe en la abstención; y eso por la fe en la fe misma. Es combatir a todos aquellos que se resignan, ya sea al catolicismo o al agnosticismo. Es hacer que todos vivan preocupados y oprimidos.

¿Será efectivo? Pero ¿creía don Quijote en la eficacia inmediata y aparente de su obra? Es muy dudoso...

Unamuno sobre Don Quijote

Me siento alma medieval y tengo la idea de que el alma de mi patria es medieval, que a la fuerza pasó por el Renacimiento, la Reforma, la Revolución, aprendiendo algo de ellas, tampoco, pero sin dejar de tocar su alma. , preservando la herencia espiritual de estos llamados tiempos de niebla. Y el quijotismo es sólo el foco más desesperado de la lucha de la Edad Media contra el Renacimiento que de él surgió.