No creo que el ateísmo sea un sustituto o pueda cumplir la misma función que una religión, como tampoco creo que la violencia pueda convertirse en un sustituto de la autoridad. Pero si seguimos las exhortaciones de los conservadores, que en este momento tienen bastantes posibilidades de ser escuchados, estoy completamente convencido de que no tendremos dificultad en producir tales sustitutos, que usaremos la violencia y pretenderemos haber restaurado la autoridad o que nuestro redescubrimiento de la utilidad funcional de la religión producirá una religión sucedánea, como si nuestra civilización no estuviera lo suficientemente abarrotada con todo tipo de pseudocosas y tonterías.
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