Oración a las Almas del Purgatorio del Padre André Haussaire

Oh Jesús, a Tu Corazón encomiendo (a quienes deseo: por ejemplo “víctimas del virus”)

Míralos y luego haz lo que te diga Tu Corazón.

¡Deja que tu corazón trabaje!

Confío en Él.

Yo confío en él.

¡Me entrego a Él!

Oh Jesús, por tu amantísimo Corazón, te suplico que inflames con el celo de tu Amor y de tu Gloria a todos los sacerdotes del mundo, a todos los misioneros, a todos los que tienen la responsabilidad de anunciar tu divina Palabra, para que con santo celo ellos arrebatan las almas a Satanás y las conducen al asilo de Tu Corazón donde pueden glorificarte sin cesar!

Padre eterno, que por amor a las almas entregaste a la muerte a tu único Hijo, por su sangre, por sus méritos y por su corazón, ten misericordia del mundo entero y perdona todos los pecados que se cometen.

Recibe la humilde reparación que te ofrecen tus almas escogidas.

Únelos a los méritos de tu divino Hijo, para que todos sus actos sean de gran eficacia.

¡Oh, Padre Eterno, ten piedad de las almas y no olvides que aún no ha llegado el tiempo de la Justicia, sino el de la Misericordia!

Recibe, oh Santísimo Padre, los sufrimientos y méritos de todas las almas que, unidas a los méritos y sufrimientos de Jesucristo, se ofrecen a Ti, con Él y por Él, para que perdones al mundo.

¡Oh Dios de misericordia y amor, sé la fuerza de los débiles, la luz de los ciegos y el objeto del amor de las almas!

¡Oh mi Salvador que eres también mi Dios, que mi corazón sea una llama de puro amor por Ti!

(1952)


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