No sé, si como yo, escuchar la palabra diversidad (que ha reemplazado a la palabra Otro ) te hace sentir náuseas. Victor Segalen es un autor que actúa como remedio para estas náuseas.
Buen ejemplo ese Jules Boissière que, provenzal, felibre, escribió sus más bellos versos felibrianos en Hanoi.
Aquí está la diversidad, que se sumerge en sí misma para acoger al otro. Los discursos de los políticos que sólo tienen en la boca la palabra diversidad empujan un gran vacío frente a ellos y lo sacuden con tanta más audacia cuanto tratan de convencer y convencerse a sí mismos, pero han perdido la conciencia de que lo desnaturalizan y lo violan como tan pronto como pronuncian su nombre.
Sólo es posible hablar de diversidad escuchándose a uno mismo, al propio ser íntimo. Esto es lo que significa ser sensible a la diversidad. Los que se atiborran de diversiones sin hacer este esfuerzo son sólo internacionalistas disfrazados.
Victor Segalen, Ensayo sobre el exotismo, una estética de la diversidad. Ediciones Fata Morgana.
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