La Navidad se puede resumir en cuatro letras: fiat. Antes de ser un símbolo industrial, es la palabra, la aceptación de María al ángel. Esta aceptación precede a cualquier reflexión. Es docilidad y confianza en la epifanía.
Cuatro letras pequeñas como un soplo pero también como una expectación febril. ¡Hágase tu voluntad! Y que todos nuestros aménes lo hagan eco por siempre.
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