Es una emoción muy hermosa la que toda la asistencia de los fieles de Notre-Dame du Lys ha sentido esta mañana en la santa misa de las 11:15 horas. Estuvo presente una delegación de cristianos iraquíes de Bagdad, así como un sacerdote iraquí que tuvo palabras sencillas y conmovedoras para testificar sobre la masacre del pasado mes de octubre en la catedral de Bagdad. El recuerdo de los hechos por parte de uno de los testigos de esta carnicería transportó a la asamblea por unos segundos a una profunda contemplación. Los jóvenes iraquíes presentes siguieron la Misa de Rito Extraordinario con fervor y contemplación. El hermoso sermón del Padre Charles Fazilleau ha sido traducido al árabe para que los iraquíes puedan aprender las lecciones de este Domingo de Pasión.
A la salida de la capilla, las sonrisas y los apretones de manos intercambiados con estos jóvenes de Oriente, ya tan probados en su fe, fueron un momento emotivo y de alegría. Mucho más allá de la barrera del idioma, una alegría infinita se reflejaba en los ojos. El gozo de estar vivo en Cristo.