Dios mío, creo que estás presente en el Santísimo Sacramento. Te amo sobre todas las cosas y mi alma te anhela, ya que ahora no puedo recibirte en el Santísimo Sacramento, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Te abrazo como si estuvieras en mí y me uno enteramente a vous. Oh, no permitas que jamás tenga la desgracia de separarme de ti. Oh Jesús, mi bien soberano y mi dulce amor, hiere e inflama mi corazón para que arda siempre con tu amor.
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