Una de las alegrías de la octava de Pentecostés radica en el rezo del Veni, Sancte Spiritus , después del rezo de las Victimae Paschali durante la semana de Pascua, la liturgia no deja de sorprendernos.
Ven, espíritu santo,
Y enviar desde el cielo
Un rayo de tu luz.
Ven, padre de los pobres,
Ven, dador de regalos,
Ven, luz de corazones.
Muy buen consolador,
Dulce hueste del alma,
Dulce refresco.
Descansa en el trabajo,
Alivio en el calor,
Consuelo en las lágrimas.
Oh bendita luz,
Llena hasta lo mas intimo
El corazón de tus fieles.
Sin tu ayuda divina,
No hay nada en el hombre,
No es nada inocente.
Lava lo que está sucio,
riega lo árido,
Sanar lo que está herido.
ablanda lo rígido,
Caliente lo que es frío,
Enderezar lo que está mal.
Dale a tus seguidores
que en ti confían,
Los Siete Dones Sagrados.
Dar el mérito de la virtud,
Dar el saludo final,
Dar alegría eterna.
Que así sea. Aleluya.
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